Monday, January 23, 2006

ausencia

Yo dí a Lucía, tu poema, solo por escuchar la risa que suena escandalosa como un me ne frega. Deseaba el no estás saliendo de la boca rosada y lo he conseguido. Pero aún sigo sin entender cómo funciona la posmodernidad que no tolera escribir en mi cuaderno las ocho letras de la palabra ausencia. Como si la sociedad prestidigital fuera anti romance.
Yo podría, si, decir: No la quiero, ni la deseo. Pero ¿y si todo lo demás me suena a hipocresía y a cosa saturada?.
Me aburro terriblemente de solo pensar. En. Un color de voz que no seas VOS. Y todo lo que sea demasiado castellanizado me termina por hartar por hastiar. Todo se vulgariza y las frases se vuelven violentas, entumeciéndome las piernas y dejandome disléxica. Me pregunto si será eso el... (mejor no lo nombro así no aparece). Fantasma de palabra, che.
Estoy semicansada de lo sylvestre. De lo que todo los días aparece por ahí y me grita: hablame bien, mami, no seas cursi.
Y a veces me gusta más decir hacer el amor que coger. Solo porque es más largo y suena mejor y un día lo escuché salir de una boca sexy.
Y a veces me gusta más decir quiero hacerle el amor solo a ella. Y me siento monogámicamente sexy a su vez.
No es tan difícil ver que a la ausencia hay que tratarla con delicadeza. Porque es un sustantivo abstracto y porque ha dado letra a infinidad de poemas y porque hoy me pica mi no se qué en mi lugar de no se cuando. Y me siento rara y sola y me he sentido así muchas veces y muchas veces lo he aceptado y dejado ser. Sin tantas vueltas. Sin reproches. Así porque sí.
Algunas cosas nos atan. Y yo optaría por su cuerpo como la fuente del llantito fino, del nudillo en la garganta, del puchero, del tanguito personal, de la novelita rosa de pacotilla. Yo optaría por una cierta esclavitud que me hace dueña del tiempo y de mí. Solo el preso cuenta los días. Yo tacho mis almanaques y beso las cruces y veo a mi carcelera a la distancia con su collar de perro, con su personalidad histeroide del te quiero pero no. Y cuando me levanto me duelen las rodillas de tanto esperarla y adorarla, pero es un dolor ingenuo y lindo como cuando te meten los tres dedos de golpe y vos en cambio esperabas otra cosa pero ahi estan y te gustan.

Yo no sé, querida , debe ser que me entró algo en el ojo. Pero.

En realidad ella no está.

( y cuando digo no está, no es que sea cursi, ni naif, ni media tonta, ni medieval, solo estoy citando a Lucía, que es una poeta conocida y seguramente ha ganado infinidad premios literarios )

Saturday, January 14, 2006

chancho de agua (1983)


Ludovica me advirtió recientemente en un sueño (con un perro caniche blanco a su lado colgando de un arnés): debéis cumplir con tu destino de chancho de agua. Acto seguido me señaló un chiquero sobre el que pendían luces de colores y en donde una canción rezaba: That’s the way (ahá ahá) I like it (ahá ahá) That’s the way (ahá ahá) I like it... Volví la cabeza y la miré. Le dije en tono de lamento: hace años hice una fogata con sus libros por considerarlos herejes a mi naturaleza de santa, ahora pagaré mi deuda...

Y le hice un monólogo.

- Aplaudo gritando a la fusión entre el agua y la tierra. Nada se ha perdido, todo se recicla, me dice mi amiga Violette Leduc. Estos minerales me están absorbiendo entera. Nada se ha perdido. Puedo aplaudir conmigo misma, puedo aplaudir con los demás. Reirme de janeiro mientras me mancho las faldas con helado de chocolate. ¿qué es lo que más deseás? 4 jazmines del país y un collar de perlas. Y la carne sobre la lengua y la cara pornografía y la leche cortada que dos niños de pecho bebían voraces de mí mientras los acunaba en mis brazos. Me he hartado de Champagne esta noche y estoy embadurnada y lloriqueo. Luego me meto los terrones de azúcar, ávidamente, uno por uno, en la boca. Me vuelvo áspera de tanta entrega. El paladar se me hace licor. Ahora me estallo, pero de la risa. No hago más que tragar e incorporar. Me pesa la carne rosada sobre el almohadón de plumas y el barro se me mete entre los dedos de los pies haciéndome cosquillas. Me comí otro terrón entero festejando la conjunción Zoodiacal. Venus está en mi casa natal por tres meses. Bendito el acuario de mi chiquero natal y bendito el chiquero de mi amada y sus pezuñas rojas y brillantes que prometen una caricia y un vibrato. Cuando el sexo llama, obedezco. Mi compañera duerme a mi lado y me sacia por los ojos. Tan solo ver como el sueño toma control de cada uno de sus miembros me hace revolcar de placer. Ella respira, saciada a su vez. Y me llena de eso. La armonía se llama: su cuerpo florando entre las sábanas. El agua cubre por la mitad mi cola enredada y mi hocico se desliza entre nenúfares. Del otro lado de la tranquera me cantan en francés. Me despiertan por la mañana con canciones de cuna y me duermen los gallos por las noches. El alimento me basta y el clima es favorable a mi piel. Tengo unos ojos que destilan algo sutilmente naif, sutilmente tradicional, antiguo. Armonizo, medio, desecho los gritos, desecho las maldiciones, las presunciones. Vienen a mí en busca de paz. Y para que les enseñe a revolcarse a su vez en sus chiqueros natales. Comen de mi tacho y se van cantando. Me observan girar sobre mi eje y asienten lo que digo sobre valorando mi estupidez. El afecto es todo. Suelo amarme. Suelo enredarme en las piernas de otra y atar mis pensamientos. De los 12 fui la última que saludó al Buda solo por disfrutar del paseo. Mi oigk oigk se escuchaba desde lejos y miraron con desconfianza. Fui la rezagada de la multitud, la lenteja, la tortuga de la plebe. Al fin aceptaron mi ser social, mi fidelidad y mi tontera.
Me acurruco y retozo. Si me dan a elegir, pues, elijo este lugar de descanso.

"nos encontramos y nos morimos juntas y de una vez
reímos en el año nuevo chino ,
4718"